Todos tenemos gente a nuestro alrededor, personas que les consideramos “fuertes”, cualidad que en momentos determinados se expresa como virtud.

Suelen caracterizarse por tener buenas habilidades sociales e inteligencia emocional donde impera la empatía, dispuestos a ayudar y escuchar en gran medida.

Suelen ser también bastante habilidosas y no sólo escuchan sino que resuelven problemas o diferentes dificultades que se les presentan, personas con mucha energía y actividad… En ocasiones me dicen en consulta… “soy el motor de… ya sea de la relación, de la familia, de los amigos….

Aparentemente personas llenas de virtudes, donde miran más hacia fuera, hacia complacer que hacia sus necesidades propias y donde la balanza de dar y recibir no está nivelada.

De hecho, se pueden haber acostumbrado a no pedir, o pedir poco. Buscan ayudas muy puntuales; casi diríamos que se han especializado en dar y su forma de recibir cariño es de esta manera.

Pero toda moneda tiene otra cara…

Como se han especializado tanto….en diferentes ocasiones, en diferentes ámbitos…se les pide más que a otras personas, se les puede exigir más que a otras personas y a la vez no ser conscientes de sus necesidades ya que ni ellos mismos las identifican.

Si tienen algún contratiempo o pasan por un momento delicado de la vida lo que suelen recibir es…”si tú eres fuerte” “tú puedes con ello”. Donde derrumbarse o expresar angustia no es opción para esa persona.

Que necesitan ayuda y uno de sus trabajos seria aprender a ser conscientes de sus necesidades. De la necesidad de valoración por sí mismos y no por la ayuda que prestan, de quitarse cargas exageradas, de coger a veces el trabajo fácil, permitirse caer, no estar siempre dispuestos a…..tener alguien para cuando se caigan o necesiten ayuda.

Suelen acudir a consulta expresando en muchas ocasiones sensación de vacío y ansiedad. En cuanto se profundiza…aparece ese sentirse poco cuidados, incluso ellos mismos de ellos mismos, donde parece que si no dan.. todo se desmorona. Interiormente hay temor a no ser queridos, apartados, abandonados.

En sus infancias y historia de vida aparece la búsqueda de afecto y atención de esta manera…… lo que ocurre es que si ellos no se dan cuenta, el cuerpo les para reaccionando con alguna enfermedad física, lo que es somatizar la problemática, o psíquica con ansiedad, depresión, bajo estado de ánimo, sensación de vacío y o agotamiento mental…

“tú eres fuerte”, se escucha tan habitualmente… es lo que también les para a acudir a terapia, ya que ellos tienen que poder con todo, hasta curarse.

Hay tanto temor a no ser queridos, no ser tenidos en cuenta, dejar de ser importantes para los demás…que encontraron la forma de atraer siendo serviciales, en casos más agudos pueden llegar a dejarse manipular y aprovecharse de una manera deliberada. Pero sin ser tan extremo son los que siempre están ahí.

Susana Hontangas

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